En la entrada anterior se definieron algunos conceptos que son fundamentales para comprender el proceso por el cual los sistemas biológicos, como nuestro organismo, mejoran su rendimiento con el entrenamiento. Para continuar en la profundización de este apasionante tópico, trataremos con más detalle los pasos que se desarrollan durante este proceso.
El síndrome general de adaptación (SGA)
Ya en los años 30, el médico fisiólogo Hans Selye había observado que todos sus pacientes del hospital en el cual se encontraba realizando su internado de práctica profesional, independiente de la enfermedad o lesión con la que llegaran, presentaban los mismos signos o síntomas. Estos, correspondían a fiebre, dolor articular, pérdida de peso, cefaleas, dolor abdominal, entre otros. Selye, muy creativo, le llamó a esto el "síndrome de sólo estar enfermo", pero sin llegar a conclusión que sustentara su observación.
Pasaron los años y en el desarrollo de su investigación orientada al descubrimiento de una nueva hormona sexual, se percató que los ratones con los que trabajaba, independiente del la sustancia que le inyectara (corteza adrenal, tejido placentario, tejido ovárico o testicular, tejido hepático o incluso formalina), presentaban los mismos signos. Luego de un período de frustración, recordó lo que había observado años antes y elaboró la teoría del SGA. En este, demuestra que los seres vivos frente a un estímulo nocivo (que llamó estrés), luchan por adaptarse a esa nueva condición.
El SGA se caracteriza por presentar tres fases claves:
1. Fase de Reacción de Alarma: El organismo detecta y comienza la reacción que pone en alerta al organismo frente al agente estresante. Se caracteriza por la secreción de adrenocorticotropina, vasopresina, hormona antidiurética y por una estimulación general del sistema nervioso simpático, el que te prepara para huir o luchar.
Debes imaginarte que el cuerpo se prepara para una probable pérdida de sangre (para eso la vasopresina y la hormona antidiurética), un aumento de la fuerza y velocidad de activación (ahí aparece la acción de la adrenocorticotropina).
Por ejemplo, si de pronto te ubicas bajo el sol a una temperatura de 40° C, el organismo se verá enfrentado a un quiebre de su homeostasis, este estrés dará inicio a la reacción de alarma ya explicada.
2. Fase de Resistencia: Si el organismo sobrevive al agente estresante y este continúa, las funciones del cuerpo logran un nuevo equilibrio o nuevo estado de homeostasis, el que comparado con el equilibrio inicial, es superior porque el organismo ha superado las condiciones estresantes. Esta fase de resistencia es limitada, es decir, el organismo aguantará por un tiempo, hasta que las condiciones cambien o hasta que el organismo se termine agotando. Siguiendo con el ejemplo anterior, si te mantienes bajo el sol a los 40°C, tu organismo modificará su función a fin de que te mantengas fresco. De esta manera, sudarás abundantemente, las arterias superficiales se dilatan para disipar calor y respirarás más frecuentemente.
3. Fase de Agotamiento: Si las condiciones frente al agente estresante se mantienen por un tiempo prolongado, el organismo cae en esta fase, que se caracteriza por una disminución del rendimiento de las funciones vitales. De esta manera, si te mantienes a los mismos 40°C, probablemente a la hora ya experimentarás dolores de cabeza, deshidratación, aumento de la temperatura corporal, indicios claros que estás experimentando un shock térmico. Esta fase entonces, compromete el equilibrio fisiológico del organismo, que de no restablecerse, puede terminar con la vida del sujeto.
Estas tres fases de grafican de la siguiente manera:
Continuará...
Pasaron los años y en el desarrollo de su investigación orientada al descubrimiento de una nueva hormona sexual, se percató que los ratones con los que trabajaba, independiente del la sustancia que le inyectara (corteza adrenal, tejido placentario, tejido ovárico o testicular, tejido hepático o incluso formalina), presentaban los mismos signos. Luego de un período de frustración, recordó lo que había observado años antes y elaboró la teoría del SGA. En este, demuestra que los seres vivos frente a un estímulo nocivo (que llamó estrés), luchan por adaptarse a esa nueva condición.
El SGA se caracteriza por presentar tres fases claves:
1. Fase de Reacción de Alarma: El organismo detecta y comienza la reacción que pone en alerta al organismo frente al agente estresante. Se caracteriza por la secreción de adrenocorticotropina, vasopresina, hormona antidiurética y por una estimulación general del sistema nervioso simpático, el que te prepara para huir o luchar.
Debes imaginarte que el cuerpo se prepara para una probable pérdida de sangre (para eso la vasopresina y la hormona antidiurética), un aumento de la fuerza y velocidad de activación (ahí aparece la acción de la adrenocorticotropina).
Por ejemplo, si de pronto te ubicas bajo el sol a una temperatura de 40° C, el organismo se verá enfrentado a un quiebre de su homeostasis, este estrés dará inicio a la reacción de alarma ya explicada.
2. Fase de Resistencia: Si el organismo sobrevive al agente estresante y este continúa, las funciones del cuerpo logran un nuevo equilibrio o nuevo estado de homeostasis, el que comparado con el equilibrio inicial, es superior porque el organismo ha superado las condiciones estresantes. Esta fase de resistencia es limitada, es decir, el organismo aguantará por un tiempo, hasta que las condiciones cambien o hasta que el organismo se termine agotando. Siguiendo con el ejemplo anterior, si te mantienes bajo el sol a los 40°C, tu organismo modificará su función a fin de que te mantengas fresco. De esta manera, sudarás abundantemente, las arterias superficiales se dilatan para disipar calor y respirarás más frecuentemente.
3. Fase de Agotamiento: Si las condiciones frente al agente estresante se mantienen por un tiempo prolongado, el organismo cae en esta fase, que se caracteriza por una disminución del rendimiento de las funciones vitales. De esta manera, si te mantienes a los mismos 40°C, probablemente a la hora ya experimentarás dolores de cabeza, deshidratación, aumento de la temperatura corporal, indicios claros que estás experimentando un shock térmico. Esta fase entonces, compromete el equilibrio fisiológico del organismo, que de no restablecerse, puede terminar con la vida del sujeto.
Estas tres fases de grafican de la siguiente manera:
Continuará...