Cada día de entrenamiento es un mundo aparte. No voy a descubrir la pólvora con esta aseveración, es más, todo el mundo que entrena sabe que un día es totalmente distinto al otro. Pues es esto lo que trataba de explicar a un amigo hoy en el trabajo cuando le conté que el domingo recién pasado tuve que hacer 35 kilómetros, preparándome para la Maratón de Buenos Aires del cada vez más cercano octubre. Su primera impresión fue de asombro e instantáneamente me preguntó si había hecho esto antes, si había corrido 35 mil metros con anterioridad. "Si, claro, pero esta vez fue mejor".
Existen múltiples factores que podemos describir como los causales para experimentar sensaciones tan distintas en un entrenamiento, aún así cuando comparamos aquellos donde se recorrió la misma distancia.
Sin clasificarlos en orden de relevancia porque hasta el día de hoy cuesta hacerlo, podemos enumerar: superficie por la cual entrenas, altitud, situación climática de la jornada, horario, conocimiento de la ruta, lesiones o molestias previas, nutrición, hidratación, ritmo del trote, técnica de carrera, horas de sueño/descanso, cansancio acumulado, experiencia acumulada y el estado de ánimo. Cada una de ellas tiene la facultad de hacer de un día de entrenamiento un evento absolutamente distinto a otro. Imaginen las combinaciones de 2...3...4, ¿¡todos!? los factores...es como para volverse loco.
Afortunadamente no llegamos a tal extremo. Para eso existe la planificación y la estrategia o táctica que utilizamos para encarar cada jornada de rigor. Sin temor a equivocarme creo que todos los elementos mencionados son "controlables" o bien adaptables. La experiencia de los años (que no sólo es una frase cliché, sino un verdad irrefutable) brindan una óptica mucho más amplia al momento de lidiar con un entrenamiento duro como es correr durante 35 kilómetros. Estudiar el trayecto, informarse del pronóstico del tiempo para no pasar zozobras con la vestimenta, idear un plan de nutrición e hidratación días previos y durante el mismo entrenamiento, prevenir lesiones con un adecuado programa de flexibilidad y movilidad articular, respetar las señales de agotamiento que envía nuestro cuerpo para darle el descanso necesario, son las herramientas con la cuales contamos para minimizar las eventualidades negativas que pueden afectar nuestro rendimiento.
Quizás la elevación del terreno, el ritmo al cual entrenaremos, y la técnica pueden...pueden ser considerados los más "importantes". Muy distinto es correr por una superficie plana, sin mayor diferencia de altura a hacerlo incluyendo una pasada por una colina, cerro o cualquier lugar que representa un desnivel importante. Claro está que la exigencia de ascender es mayor, por ende habrá mayor desgaste físico y en consecuencia, mayor sensación de agotamiento. Y si bien el descenso o correr con pendiente "a favor" logra que podamos establecer un mejor ritmo, es, también, una situación de alto impacto para nuestro sistema osteomioarticular, de ahí la importancia de prepararse adecuadamente para resistir los embates de una descenso vertiginoso.
Con respecto la ritmo de rodaje, es lógico que a mayor intensidad, habrá mayor cansancio y viceversa. Basta con intentar modificar un par de segundos en el promedio por kilómetro para que haya una enorme variación en la percepción del esfuerzo. Pues bien, para eso se entrenan distancias más cortas, para buscar optimizar el ritmo y sostenerlo en el tiempo. Y junto a esto podemos asociar la técnica de carrera, la cual tiene un rol preponderante sobretodo al momento de intentar correr largas distancias sin sufrir lesiones ni detrimento en el rendimiento.
Punto aparte es el tema motivacional. La sensación de ir quemando cada kilómetro, poco a poco acercándose al objetivo ayuda cuando las fuerzas físicas flaquean. Alguna vez leí una frase que siento nos puede servir de guía al momento de intentar una gesta como esta: "no te preocupes por cuánto te falta, enorgullécete de los que has recorrido y siente ambición por lograr más". El autoconvencimiento y el poder de nuestra voluntad expone su mejor versión en días de entrenamiento donde hay que ir un poco más allá. Y si no resulta como planificaste, tranquilo, analiza que pudo haber influído y que se puede corregir...ya habrá otro 35 para que las cosas vayan mejor.
Anexo un pequeño registro de tres sesiones de entrenamiento de 35 kilómetros con una descripción general de cada evento a fines comparativos. Notar que entre la primera y segunda hay prácticamente un año de diferencia y entre la segunda y tercera, casi 5 meses. Remarcable es también la diferencia en el ritmo en este período de 18 meses aproximados.
Rodrigo Horta Toledo.
Rodrigo Horta Toledo.
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